viernes, julio 11, 2008

Licencia por mal de amores...

Mientras que los poetas nos pintan el amor en todos sus posibles ángulos y los distintos matices que esta tiene , los químicos también tienen algo que decir. Cuantas veces no se ha escuchado entre amigos, que fulanito (a) de tal acabo con su pareja, porque no había química, esta expresión es muy acertada ya que en las muchas reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento.

Cuando después de un largo trajinar encuentras a la persona deseada se dispara la señal de alarma, nuestro organismo entra entonces en ebullición. A través del sistema nervioso el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten inmediatamente la producción de adrenalina y nor adrenalina (neurotransmisores que comunican entre sí a las células nerviosas). Y Sus efectos se hacen notar al momento:

* El corazón late más deprisa (130 pulsaciones por minuto).

* La presión arterial sistólica (lo que conocemos como máxima) sube.

* Se liberan grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular.

* Se generan más glóbulos rojos a fin de mejorar el transporte de oxígeno por la corriente sanguínea.

Entonces, si todos estos efectos puedo ocasionar el acto maravilloso de enamorarse, también nos podría llevar a tener una enfermedad o mal de amores. Mi amigo de siempre , cada vez que nos reunimos para la tertulia acompañado de nuestro Vodka, siempre me comenta sobre los peligros que conlleva el enamorarse.

Hace poco un neurólogo de los EE.UU. planteo una polémica tesis donde detalla todos los síntomas de una patología que nadie se libra entre ellas se manifiesta la obsesión, ansiedad, cambios de humor, taquicardia, sudor y inapetencia .

Quienes tenían dudas acerca de si se ponían demasiado tontos, no la tengan. Esos síntomas del enamoramiento son tan ciertos como el cuerpo humano. Se respira con dificultad, se tiene taquicardia, disminución del apetito, y entonces vienen los pensamientos obsesivos, ansiedad por el futuro, repentinos cambios de humor.

El psicólogo clínico inglés Frank Tallis, de la clínica neurológica de King's College, sacó un libro que se llama Love Sick (Mal de amor) que propone una tesis paradojal y provocativa: el amor es una forma de enfermedad mental necesaria para la que en verdad no tenemos ninguna cura.

En las primeras páginas critica que la medicina ni la psicología tomaron nunca muy en serio al amor: "Como psicólogo clínico, tengo la impresión de encontrar en esto a muchos de mis pacientes y no puede ser definido de otra manera. Se van con diagnósticos oficiales de depresión o disturbios de ansiedad pero que son en realidad la específica experiencia del enamoramiento".

El amor cambia profundamente a la persona, la influye del modo en que piensa y se comporta, y cuando no es feliz causa un verdadero y propio malestar físico. "El diagnóstico del mal de amor es considerado legítimo y útil. Y se vuelve a lo que los antiguos médicos decían: pensar fijamente en el amado, tener melancolía, estado de éxtasis, violenta oscilación en el humor". Les decían obsesiones o manías, pero no eran.

El amor es una especie de mecanismo de seguridad a punto con la evolución, para resguardar al ser humano de su propia racionalidad. Debe ser irracional para asegurar la procreaciòn y la prosecución de la especie.

Nuestros niños nacen muy vulnerables y débiles, y buscan siempre la atención y mimos de sus padres. A diferencia de otros animales, tenemos un cerebro que puede ir contra los instintos reproductivos, pues si decidiéramos todos no tener hijos, se acabaría la especie. En cambio, continuamos en la tierra. Dicen los expertos que en la mayor parte de los casos la fase del enamoramiento verdadero dura cerca de dos o tres años, el tiempo suficiente para tener posibilidades de tener un niño.

La fiebre del amor dura lo que basta hacer una nueva generación. Lo emotivo abona la irracionalidad que se precisa, que no es una "decisión". Cuando se tiene sexo, cambia la química del cerebro y nos parece el otro más atractivo. Tanto que produce emoción. Esto aumenta si a la vez se comparten visiones del mundo, que da estímulo intelectual. El sexo libera químicos que distorsionan la percepción, y desde esta perspectiva los infieles sólo son "buenos alumnos" de la evolución de la especie humana.

Los síntomas del enamoramiento que muchas personas hemos percibido alguna vez, si hemos sido afortunados, son el resultado de complejas reacciones químicas del organismo que nos hacen a todos sentir aproximadamente lo mismo, aunque a nuestro amor lo sintamos como único en el mundo. Ese estado de "imbecilidad transitoria", en palabras de Ortega y Gasset, no se puede mantener bioquímicamente por mucho tiempo.

No hay duda: el amor es una enfermedad. Tiene su propio rosario de pensamientos obsesivos y su propio ámbito de acción. Si en la cirrosis es el hígado, los padecimientos y goces del amor se esconden, irónicamente, en esa ingente telaraña de nudos y filamentos que llamamos sistema nervioso autónomo. En ese sistema, todo es impulso y oleaje químico. Aquí se asientan el miedo, el orgullo, los celos, el ardor y, por supuesto, el enamoramiento. A través de nervios microscópicos, los impulsos se transmiten a todos los capilares, folículos pilosos y glándulas sudoríparas del cuerpo.

El suave músculo intestinal, las glándulas lacrimales, la vejiga y los genitales, el organismo entero está sometido al bombardeo que parte de este arco vibrante de nudos y cuerdas. Las órdenes se suceden a velocidades de vértigo: ¡constricción!, ¡dilatación!, ¡secreción!, ¡erección! Todo es urgente, efervescente, impelente... Aquí no manda el intelecto ni la fuerza de voluntad. Es el reino del siento-luego-existo, de la carne, las atracciones y repulsiones primarias..., el territorio donde la razón es una intrusa. Hace apenas 13 años que se planteó el estudio del amor como un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas.

El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro la FENILETILAMINA, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas. Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), norepinefrina y oxiticina (además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser además un mensajero químico del deseo sexual), y comienza el trabajo de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado. Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño.

El affair de la feniletilamina con el amor se inició con la teoría propuesta por los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, que sugirieron que el cerebro de una persona enamorada contenía grandes cantidades de feniletilamina y que sería la responsable de las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando estamos enamorados.

Sospecharon de su existencia mientras realizaban un estudio con pacientes aquejados "de mal de amor", una depresión psíquica causada por una desilusión amorosa. Les llamó la atención la compulsiva tendencia de estas personas a devorar grandes cantidades de chocolate, un alimento especialmente rico en feniletilamina por lo que dedujeron que su adicción debía ser una especie de automedicación para combatir el síndrome de abstinencia causado por la falta de esa sustancia. Según su hipótesis el, por ellos llamado, centro de placer del cerebro comienza a producir feniletilamina a gran escala y así es como perdemos la cabeza, vemos el mundo de color de rosa y nos sentimos flotando.

Es decir LAS ANFETAMINAS NATURALES TE PONEN A CIEN.

El 50% de las mujeres entrevistadas para el libro Por qué necesitan las mujeres del chocolate confesó que elegiría el chocolate antes que el sexo. Hay quienes al chocolate lo llaman EL PROZAC VEGETAL. En una de las aventuras de Charlie Brown se puede leer "una buena manera de olvidar una historia de amor es comerse un buen pudin de chocolate".

Su actividad perdura de 2 a 3 años, incluso a veces más, pero al final la atracción bioquímica decae. La fase de atracción no dura para siempre. La pareja, entonces, se encuentra ante una dicotomía: separarse o habituarse a manifestaciones más tibias de amor -compañerismo, afecto y tolerancia-.

Con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias y toda la locura de la pasión se desvanece gradualmente, la fase de atracción no dura para siempre y comienza entonces una segunda fase que podemos denominar de pertenencia dando paso a un amor más sosegado. Se trata de un sentimiento de seguridad, comodidad y paz. Dicho estado está asociado a otra DUCHA QUÍMICA. En este caso son las endorfinas -compuestos químicos naturales de estructura similar a la de la morfina y otros opiáceos- los que confieren la sensación común de seguridad comenzando una nueva etapa, la del apego. Por ello se sufre tanto al perder al ser querido, dejamos de recibir la dosis diaria de narcóticos.

Para conservar la pareja es necesario buscar mecanismos socioculturales (grata convivencia, costumbre, intereses mutuos, etc.), hemos de luchar por que el proceso deje de ser solo químico. Si no se han establecido ligazones de intereses comunes y empatía, la pareja, tras la bajada de FEA, se sentirá cada vez menos enamorada y por ahí llegará la insatisfacción, la frustración, separación e incluso el odio.

Parece que tienen mayor poder estimulante los sentimientos y las emociones que las simples substancias por sí mismas, aquellos sí que pueden activar la alquimia y no al sentido contrario. Un estudio alemán ha analizado las consecuencias del beso matutino, ése que se dan los cónyuges al despedirse cuando se van a trabajar. Los hombres que besan a sus esposas por la mañana pierden menos días de trabajo por enfermedad, tienen menos accidentes de tráfico, ganan de un 20% a un 30% más y viven unos ¡cinco años más! Para Arthur Sazbo, uno de los científicos autores del estudio, la explicación es sencilla: "Los que salen de casa dando un beso empiezan el día con una actitud más positiva".

Es cierto, no podemos negarlo, es un hecho científico que existe una química interna que se relaciona con nuestras emociones y sentimientos, con nuestro comportamiento, ya que hasta el más sublime está conectado a la producción de alguna hormona.

No hay una causa y un efecto en la conducta sexual, sino eventos físicos, químicos, psíquicos, afectivos y comunicacionales que se conectan de algún modo, que interactúan y se afectan unos a otros . Existe, sí, una alquimia sexual, pero se relaciona íntimamente con los significados que le damos a los estímulos, y éstos con el poder que les ha concedido una cultura que, a su vez, serán interpretados por cada uno que los vive de acuerdo con sus recursos personales y su historia. Esperemos que estos estudios en un futuro nos conduzcan a descubrir aplicaciones farmacológicas para aliviar las penas de amor.

martes, julio 08, 2008

Pda- Hp Ipaq rx1950...

Hace tres meses que me compre una PDA, pero esta vez ya no una Palm, sino una Pocket Hp Ipaq Rx1950, lo pensé mucho, pero decidí probar y no me puedo quejar, viene integrado con Wi-Fi , o sea que me puedo conectar a la red en lugares de acceso libres (free), así también puedo responder mis i-mails. Además de poder leer mis libros , que el mes pasado me lei tres, por supuestos digitales, esos i-books que uno encuentra en la red ya sea en formato Pdf o Word.

Otra cosa que me gusta, es la capacidad de poder ver tus películas favoritas, por supuesto las que entran en tu tarjeta de memoria (SD), llevar tus fotos, y tu música favorita. En la red a estos modelos Ipaq , las llaman " Paquita", y bueno me ayudan mucho para mi trabajo y para mi memoria.

Hp Ipaq rx1950