lunes, abril 30, 2007

Carsten Koch: Living in Perú...

Un danés adicto al Perú
Es feliz comiendo ají de gallina y tomando pisco sour. Carsten Korch está convencido de que el Perú es la verdadera tierra de las oportunidades. Hace dos años creó "Living in Peru", una página web que cuenta en inglés todo lo que ocurre en nuestro país.

"La primera vez que vine al Perú fue en abril de 1990. Llegué para visitar a una peruana que conocí en el tren de Barcelona a Suiza. En las horas que duró el viaje ella cambió mi concepto de la vida. Yo era un hombre materialista y frente a mí estaba sentada una mujer que adoraba viajar. Se llamaba Susana y me dijo: 'Vivir es viajar. Cualquier cosa que veas, cualquier experiencia que tengas será parte de tu memoria y nadie podrá quitártela. Si tienes un carro y no lo pagas, lo más probable es que el banco te lo quite, ¿pero quién podría quitarte lo viajado?'. Esa conversación me cambió. Sucedió en 1986, la vi una vez más y luego ella se mudó al Perú. Hoy Susana vive en Estados Unidos y es una de mis mejores amigas".

¿Y cómo así llegaste al Perú?
Estaba viviendo en Los Ángeles y ya andaba de regreso a Dinamarca, pero la noche anterior decidí visitar el Perú. Fui a Aerolíneas Argentinas y la mujer del mostrador también resultó peruana. No lo pensé y tomé el siguiente vuelo. Tenía 24 años y la mujer me había dado el número de su ex esposo. No encontré a Susana, porque se había ido a México, y decidí llamar al ex marido. Mi nombre es Carsten, le dije, él sonrió: "Claro que lo sé, me ha llamado mi hija avisándome que venía un vikingo loco". Me preguntó en qué hotel estaba y me recogió. Al día siguiente me invitó al cumpleaños de su hija: "A la una".

Seguro te apareciste a la una...
A la una en punto y él recién salía de la cama. Fue muy divertido. Ese mismo día comprendí que un almuerzo en Lima que propone la una como inicio en realidad significa tres o tres y media. Compramos cervezas, vino, hicimos pisco sour y a las cinco de la tarde comenzamos a almorzar, para entonces ya andaba mareado. El señor me ofreció hospedaje y me mudé a Miraflores. Mi plan era dos semanas, me quedé cuatro meses.

¿Qué hiciste?
Viajé mucho. En Lima me quedé un mes y medio. Todo era muy barato con la inflación de Alan García. Recuerdo que cuando arribé, cambié un dólar por 22.000 intis, una locura. Cuatro meses más tarde un dólar era 365.000 intis. Yo me sentía millonario. En el Cusco alquilé una habitación en la Plaza de Armas por dos meses, me costaba cincuenta centavos de dólar la noche. Estuve siete semanas y conocí a Virginia, que hoy es mi esposa.

¿Dónde la conociste?
En la fiesta del Qoyllur Ritti. Días después la vi paseando por la Plaza de Armas y la invité a cenar. Felizmente dijo que sí. No le gustaban los gringos, pero aceptó. Nos convertimos en algo más que amigos y luego ella se mudó a Francia. Estuvimos en contacto y después de cinco años me visitó en Dinamarca.

¿Después de cinco años?
Sí, creo que no encontró a nadie mejor que yo. Ja, ja, ja. Después se mudó al Perú y estuvimos yendo y viniendo una noche en Cuba sucedió lo inevitable: "O vivimos en Lima o vivimos en Dinamarca, pero ya no quiero estar lejos de ti", le dije. Nos mudamos a Dinamarca.

¿Y qué aprendiste en tus viajes por el Perú?
La primera vez todo me pareció muy diferente. Yo venía de un país muy rico y fue un choque cultural. En el Perú aprendí que no necesitaba nada. No era necesario tener un televisor o un carro, lo vital era conversar con la gente, hacer amigos, viajar. Conocí a mucha gente que tenía muy poco y que era muy feliz. Cuando regresé a Dinamarca, mis amigos me preguntaban si me había enrolado en una secta secreta. Hoy en muchos sentidos soy más latino que vikingo.

¿Cuándo decidieron vivir aquí?
En el 2001 decidimos regresar al Perú solo por un año, yo necesitaba descansar de tanto trabajo y había ahorrado dinero. Quería aprender el español y la cultura peruana. Cuando llegué, me envolví en varios proyectos y descubrí que el Perú es la tierra de las oportunidades.

¿No era Estados Unidos?
No, eso es puro cuento, es el Perú. Aquí hay muchas cosas por hacer y los peruanos no lo saben, el mundo tampoco. He conversado con mucha gente inteligente que trata de salvar la selva o la costa y siempre cuentan historias fantásticas.

Siempre dicen que el Perú es un país que tiene de todo...
¡Y es verdad! Es uno de los pocos países que pueden dar pescado, carne, vegetales y frutas de manera tan generosa. Es impresionante. No conozco a otro país tan rico en ese sentido. Tienen todos los climas, todas las culturas e historias. Lima en muchos sentidos es una selva desastrosa, pero si viajas por el Perú quedas maravillado. Cuando creamos "Living in Peru", fue básicamente porque el 99% de los extranjeros decía: "¿Perú? Indios vestidos con bellos colores y montañas y, por supuesto, Machu Picchu". Para mí eso no era real.

¿Y solo por cambiar esa imagen hiciste esta página web?
Esa fue la primera razón, yo conocía tanto el Perú que quería contarle al mundo la riqueza de esta tierra. Al principio pensé en fundar una empresa de aventuras para hacer entender que el Perú era más que Machu Picchu y cada vez que venía alguien me preguntaba: ¿Dónde puedo hacer esto? ¿Cómo hago aquello? Entonces pensé: mejor escribo unas páginas amarillas para los extranjeros, y diseñé una página web. Un día, una persona de la Embajada de Estados Unidos me llamó y me dijo que podía compartir información de utilidad para sus residentes y me pareció buena idea, luego conocí a gente de la Comunidad Europea y comprendí que los extranjeros que vienen a trabajar necesitan información.

Y creaste "Living in Peru"...
Comenzamos oficialmente el 28 de julio del 2005. Ahora tengo secciones de viajes, crónicas, noticias del día, avisos clasificados, guía de cine, de teatro, de negocios. Los mismos lectores recomiendan cosas para hacer. El mes pasado tuvimos 70 mil visitantes. Hoy tenemos 20 mil suscriptores y el 60% son peruanos. Y mantenemos la idea inicial: toda la información está en inglés. Hoy puedo decirte que diseñé esta página porque amo el Perú, soy un adicto. Mi mujer dice que ya no cree poder convencerme de mudarnos a Dinamarca y creo que está en lo correcto.

¿Qué no te gusta del Perú?
El tráfico. A la gente en Lima no le importa la contaminación. No les interesa arreglar sus carros. Los choferes de los buses manejan como locos y me desespera que la gente abra las ventanas y tire basura a la calle como si fuera un basurero. Pero también veo cambios. En el 2002, la gente prefería comprar productos extranjeros a peruanos y eso me apenaba, hoy la gente tiene más confianza en sus productos. Gastón Acurio ha sido un gran promotor. Él y otros buenos cocineros han logrado que el peruano quiera más su comida. Lo mismo ha pasado con el pisco. Los suizos enloquecen con el café de Villa Rica y si todos conociéramos esta historia, quizá los campesinos querrían producir café en lugar de coca. Nosotros publicamos historias maravillosas de peruanos que saben hacer bien las cosas. Me gusta la gente que sueña, los emprendedores.

¿Y qué cosas te apenan?
El nivel de la educación pública. Espero que los políticos tengan la decencia de resolverla. No importa cuánto café vendamos o cuánto oro encontremos, la situación del Perú nunca cambiará si no somos capaces de dar a cada niño peruano una educación de calidad. Ese debería ser el principal objetivo de Alan García. Eso pasó con Dinamarca, nosotros no tenemos nada, somos un pequeño país, pero somos uno de los más ricos del mundo por nuestro sistema educativo. La educación es la clave del desarrollo.

¿Después de estos años te sientes peruano?
En algunos momentos me siento más peruano que muchos peruanos: cuando estoy en paz, con mi familia, en un lugar bonito, con comida maravillosa y con un fabuloso pisco sour... es indescriptible. Han pasado ya varios años, pero sigo apreciando la limonada y sé que si algún día me voy no tendré un limón tan pequeño, tan ácido y tan lleno de sabor.
 
Me han contado que eres un amante del pisco sour...
Le he dicho a mi esposa que si alguna vez me estoy muriendo en un hospital y ya no puedo comer ni beber nada, que por favor me inyecte una copa de pisco sour para dormir tranquilo e irme al cielo. Todos mis amigos daneses que aterrizan en el Perú saben que la primera parada es mi departamento para probar un pisco sour. Todos aman este coctel. La última vez que he visitado mi país he tenido que llevar muchas botellas de pisco y 20 litros de Inca Kola. Les encanta. La historia de Inca Kola es mi favorita, cómo la Coca-Cola nunca logró vencerla. Esa historia la escribí en la web. Debemos saber las historias del mango que se exporta, de las alcachofas que se venden como pan caliente. En el Perú pasan cosas malas, pero también cosas hermosas y por eso es la tierra de las oportunidades.

Bueno, ya empezamos a valorar nuestra comida...
Para mí es la mejor del mundo. Me fascina el ají de gallina. Y siento que es imposible decir cuál restaurante es el mejor de Lima, hay tantos buenos. Te aseguro que en unos años la comida peruana será tan popular como la china o la japonesa.

¿Y cuál es tu palabra favorita en español?
"Viva el Perú" y "Un pisco sour, por favor". También me gustan los diminutivos, cómo hablan ustedes: la cosita, el vasito, el platito, Nicolasito. La verdad no es difícil vivir en el Perú, si tienes un buen trabajo y una buena familia esto es un paraíso. Hay muchas cosas por cambiar, lo sé. Yo vengo de un país con mucho orden y aquí hay mucho caos, pero también se puede encontrar el balance. En el Perú se puede encontrar la felicidad. Yo doy fe.
Fuente: El Comercio Perú
 
Living in Perú


 

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