jueves, febrero 22, 2007

Cultura etílica:das blondine Bier...


deutsche bier
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De cómo la bebida más popular se hizo dorada

El siglo XIX significó un cambio espectacular en la industria de la cerveza, pero quizá lo más importante fue la modificación más simple: el cambio de color.

Ocurre que a principios de los 1800, aunque la industria de la cerveza ya estaba muy bien establecida, aún había muchos problemas en el control de la temperatura y la fermentación de la preciada bebida, pues aunque ya comenzaba a incorporarse alguna mecanización en el proceso, "el método" todavía era un tema básicamente artesanal.

Recién en 1836 el Alemán Gabriel Sedlmayr desarrolló un método mucho más estable de elaboración, cuyo principio se basaba en un almacenamiento en frío (que en alemán se dice "lagering"). Esta cerveza, como todas en aquella época, era de un color que iba desde el ámbar rojizo al marrón oscuro.

En ese entonces, el vidrio era además poco común, y por lo tanto la cerveza se servía en cualquier envase que estuviese a mano, sean de madera, cerámica, metal e incluso en botas de cuero, como las que hoy se usan para el vino en las corridas de toros o peleas de gallos.

Ahora bien, la historia se pone interesante aproximadamente en 1840, en el pueblo alemán de Plzen, cuando luego de otra mala producción de cerveza, con el método antiguo, que tuvo que tirarse por el desagüe con gran pérdida económica, los dueños de la cervecera decidieron montar una nueva fabrica incorporando la ultima tecnología desarrollada por Sedlmayr.

Esta tecnología prometía un control de calidad mucho mayor y por tanto una calidad estable en el producto. Para ello, contrataron a un maestro cervecero Bávaro llamado Josef Groll, quien en 1842 sacó su primera producción de cerveza de esta nueva fábrica.

Para sorpresa de todos, en vez de salir del color típico de la cerveza de ese entonces, es decir marrón o ámbar, ésta salió de color muy claro, casi dorado. No solo eso, sino que salió además marcadamente espumosa, con burbujas que fruto de la fermentación impregnaban toda la bebida, casi como un champagne, pues lo que no había tomado en cuenta el maestro cervecero Bávaro era que el grano que se cultivaba localmente era bajo en proteínas y adicionalmente el agua del pozo que utilizaba la fábrica era muy blanda, razones ambas por las cuales la cerveza salió diferente de lo esperado.

Lo que sigue es ya una leyenda urbana, pero se dice que luego de la inversión en la fábrica, los dueños de la cervecera no podían afrontar más pérdidas y decidieron encomendarse a Dios, y en vez de botar al desagüe la producción de la cerveza "fallada", resolvieron ponerla en el mercado.

Cual sería su sorpresa al encontrar que esta tuvo aceptación inmediata en la ciudad. Quizá una de las razones de este éxito fue que en aquella zona de Bohemia, la industria del vidrio y el cristal era (y lo es hasta hoy) muy importante y por ende los vasos de vidrio transparentes eran muy comunes y era en ellos que se bebía la cerveza, lo cual permitía apreciar la belleza del color y la espuma. (Recuerde que como dijimos líneas arriba en otros lares la cerveza se tomaba en vasijas opacas, por lo que el color no era importante).

El hecho es que a los pocos años la cerveza estilo Plzen o Pilsen estaba siendo copiada en toda Alemania, y su popularidad no ha dejado de crecer hasta nuestros días.

Prost!!!

2 comentarios:

Marta Salazar dijo...

te pondré un link... el fin de semana...

Marta Salazar dijo...

Lo que sí es que la ciudad de Pilsen o Pilzen nunca fue alemana...

es de la actual Rep. Checa, antes Sudetes y antes Bohemia;

esto es, en la época, era del Imperio de los Habsburgos.

Si los checos leen esto de que Pilsen era alemana, te hackean el blog! ja ja